Las aguas de proceso resultan de gran importancia para una amplia gama de industrias. Pueden utilizarse para el enfriamiento de maquinaria, pero también para lavar equipos o producir alimentos. En Proambiente ofrecemos a nuestros clientes soluciones muy completas y personalizadas para el tratamiento y acondicionamiento de estas aguas, pero, ¿Qué son las aguas de proceso y cuáles son los tratamientos que se aplican?
¿Qué es el agua de proceso?
Las aguas de proceso se utilizan en actividades productivas de distintas industrias, comprendiendo procesos de fabricación, donde se emplea como materia prima o ingrediente; procesos de tratamiento y conservación, pero también se emplean como medio de transporte o para generar energía (refrigeración, calderas, intercambiadores de calor, motores). Las aguas de proceso también son vitales para la limpieza e higienización. ¿Y de dónde se obtienen? Suelen proceder del tratamiento del agua de aporte, suministro de red, aguas superficiales o subterráneas.
En el caso de la industria alimentaria, donde tiene múltiples aplicaciones, las aguas de proceso se emplean con fines de fabricación, tratamiento, conservación y comercialización de sustancias o productos para el consumo humano. También se emplean para la limpieza de superficies, materiales y objetos que entran en contacto con los alimentos.
La importancia del tratamiento de las aguas de proceso
La tecnología juega un papel clave cuando se trata del tratamiento de las aguas residuales, con el propósito de otorgarle a estas aguas una segunda vida útil. Es importante destacar que las aguas residuales, con el tratamiento adecuado, podrían llegar a convertirse en aguas de proceso. Eso siempre y cuando la regeneración, recuperación y desinfección del agua se realice de acuerdo a los criterios de calidad y según lo dispuesto en el Real Decreto 1620/2007 por el que se establece el régimen jurídico de la reutilización de aguas depuradas.
En Proambiente contamos con sistemas que integran pretratamientos específicamente diseñados para actuar frente a las necesidades únicas de cada aplicación industrial. Es así como es posible eliminar sólidos suspendidos, pero también reducir la dureza del agua. El tratamiento de las aguas de proceso garantiza que estas estén libres de contaminantes que pudiesen afectar la eficiencia y calidad de los distintos procesos ambientales.
El problema es que las estrategias para el tratamiento de las aguas de proceso son un tanto complejas, porque requieren de una caracterización muy minuciosa del agua de captación o suministro que se quiere acondicionar para utilizarse como agua de proceso.
Principales tratamientos de las aguas de proceso
Ya sabes qué son las aguas de proceso, pero es importante señalar que estas pueden someterse a distintos tratamientos para garantizar su calidad. El tratamiento aplicado depende, en gran medida, de la aplicación y uso que se le quiere dar a estas aguas, pero también de las propiedades físicas y microbiológicas de estas, del volumen de producción, así como de la calidad que se necesita otorgar a las aguas de proceso.
Aguas de proceso para la conductividad
Las aguas de proceso requieren de baja conductividad y, para ello, se someten a distintos tratamientos:
- Ósmosis inversa. Se trata de una tecnología de membrana en la que se utiliza un gradiente de presión como fuerza impulsora. La ósmosis inversa es de alto rendimiento para la desalinización y la purificación de las aguas.
- Adsorción por intercambio iónico. Es una técnica donde los compuestos se retienen a través de la atracción electroestática. Esta técnica se emplea para la purificación iónica de las aguas, pero también para obtener compuestos con un valor añadido.
- Electrodiálisis. Es una tecnología de membranas en la que la fuerza impulsora es un gradiente eléctrico (para la separación de compuestos iónicos); el gradiente eléctrico se produce por un campo eléctrico externo. Este procedimiento se emplea, principalmente, para la neutralización de corrientes muy ácidas o alcalinas, pero también para la desalinización.
Tratamiento para la eliminación de materia orgánica
Cuando se trata de eliminar restos de materia orgánica de las aguas residuales, entonces se emplea la técnica de adsorción por carbón activo. A través de este proceso se produce la separación selectiva de uno o más componentes presentes en el líquido, como es el caso de los sólidos. La adsorción por carbón activo se emplea para retener y reducir la presencia de compuestos orgánicos que aportan olor, sabor y color al agua. En esta técnica, el carbón activo es el material adsorbente, aunque en el futuro podrían utilizarse otros materiales como las zeolitas o la alúmina activada.
Tratamientos para la desinfección de las aguas de proceso
Para desinfectar las aguas de proceso pueden utilizarse técnicas como la cloración, pero existen otras tecnologías de oxidación avanzada como el ozono o la irradiación ultravioleta. Estos métodos se emplean para el acondicionamiento de las aguas de lavado, como las que se utilizan en la refrigeración y los circuitos de calderas.
